jueves, 16 de febrero de 2012

Recuerdo la primera vez que me fui de casa, la cara de mi madre, el llanto de mi hermano y la ausencia de mi padre. Yo sabía que no dejaba a la deriba un barco del que ya solo una parte muy mínima flotaba.
Ojalá y hubiera tenido la valentia de buscar mi lugar en el mundo dejando atrás la vieja vida para llevarme una nueva en mis maletas. Pero no fue así.
He dedicado una gran parte de mi existencia a intentar que los demas cumplan sus sueños dejando de lado los mios, pero hasta en eso he fracasado. En fin, que muchas veces cuando vuelvo a casa imagino que puedo volver atrás, imagino que cosas cambiaría, que diría, que no, los besos que daría, con pasión, los que no.
Imagino a mi madre tan simple como era y trato de borrar la imagen de la muerta en vida que me llamó hijo cuando nos volvimos a ver, un año despues. La vida fue cruel con ella, le quitó la frescura. Y casi 20 Kilos.
Asi es la vida. Hay quien dice que si obras bien ella en algun momento pone el juego a tu favor. Pero, sinceramente, esos consuelos son muy bonitos para maquillar realidades que en estos tiempos que corren, mas que contarlas, se viven.

1 comentario:

  1. Me pregunto por qué las madres nos quieren tanto cuando no lo merecemos. Un año sin visitarla es mucho tiempo, fuiste cruel.

    No podemos volver al pasado, pero podemos modificar el presente para mejorar el futuro.

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