martes, 6 de septiembre de 2011



Es impresionante ver lo rápido que pasa el tiempo, y aún mas rápido cuanto mas mayores somos. Mis primeros recuerdos me remiten a una época en la que no tenia ninguna noción del tiempo y lo único que sabia al respecto era que los sábados no tenia que ir a la escuela y que la mañana de los domingos era la mas larga puesto que habia que aguantar -despierto- el discurso del ministro de la parroquia local.



Eran tiempos de sueños, de responder a la pregunta "que queremos ser cuando grandes", pregunta con la que los adultos nos mortificaban recordandonos lo pequeños que éramos cuando precisamentelo era eso lo que queriamos ser, "grandes".



Si he de ser sincero, envejecer es algo extraño, porque aunque podemos ver que los demás lo hacen, no acabamos de vernos a nosotros mismo como adultos hasta que las responsabilidades o exigencias del medio nos lo recuerdan, incluso ya empecé a usar la frase "cuando yo tenía tu edad" en mis conversaciones con personas que me recuerdan .....a mi.



Incluso me atrevo a dar consejos.....



El tiempo no vale nada, no se puede comprar, es mas, yo diría que el tiempo no existe, que es una manera de ponerle nombre a algo que en realidad no está ahi, porque no ha llegado y ya se ha ido, asi que lo mejor es intentar no ganarle la carrera, sino mas bien viajar a su lado, como el que cata un buen vino de a sorbos muy pequeños.

1 comentario:

  1. Todos somos, lo que somos ahora y lo que fuimos. En parte es una evolución y en parte una yuxtaposición. De pequeños no podíamos ser grandes porque no lo habíamos sido nunca. Pero mayores tambien somos pequeños. Es una de las pocas ventajas de envejecer.
    Eso y tambien el poder beber buen vino.
    Un saludo

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